12 ago 2011

Justificación de las agresiones sexuales

No hay nada en el mundo que me dé más coraje que el machismo encubierto en ciertas expresiones que justifican a aquellos desviados de una conducta sexual saludable, como

"es que las visten como putas"
"es que van provocando"
"con ese escote no me extraña..."

Y lo peor de todo es que se escuchan a diario, sobre todo cuando saltan en el panorama de actualidad sentencias sobre violaciones y noticias por el estilo. Así que aquí comparto una de mis reflexiones, sobre tal tremenda atrocidad.

El violador como enfermo


Es un punto de vista que no está de acorde con la tendencia actual (Los violadores son una 'caja negra' para la psiquiatría) pero un violador no es una persona normal. Es una persona que agrede para estimularse, y obtiene el placer al forzar a la otra persona. Al no entrar en los cánones de aceptación moral de la sociedad, se sale de lo que sería una conducta adecuada, y tal vez, aunque no podamos llamarlo enfermedad cerebral (ya que no se observan transtornos en el cerebro como otras enfermedades) si podría ser, quizá, enfermedad mental, en lo referente a que afecta a la mente, pues se apartan del comportamiento socialmente aceptado.

A un psicópata se le puede diagnosticar porque no sabe diferenciar entre el bien y el mal. Los violadores sí diferencian, a pesar de ser algo más impulsivos que personas normales y tener menor temor a los posibles castigos de sus acciones. Por tanto, como sí saben lo que hacen, se les puede condenar judicialmente.

El deseo sexual


o también llamado Líbido digamos que es aquello que excita a una persona en el plano sexual y la predispone para mantener relaciones. Cada persona tiene su propia líbido, y puede variar a lo largo de su vida.

En mi opinión, los violadores obtienen el estímulo ideando sus planes durante cierto tiempo antes de cometerlo (véanse enlaces adjuntos sobre personalidades criminales) hasta que llegan a un punto en el que la impulsividad les puede, y se atreven a llevarlo a cabo. Lo que les excita es la agresividad que usarán al llevar a cabo su fechoría, independientemente de la persona que la sufra (tanto física como psicológicamente).

Estimulación inadecuada en el cerebro


Para mí está claro que un violador sufre una estimulación inadecuada dondequiera que sea en su cerebro, que le da impulsos placenteros cuando no debería ser así. Y es aquí cuando lo comparo con enfermedad, aunque difícil de tratar. La depresión también es una enfermedad mental ¿no? A pesar de que las personas que la padecen son capaces de discernir entre el bien y el mal, y lo que padecen es un transtorno que los tiene sumidos en la tristeza, pena, melancolía que no les deja salir de su agujero impidiéndoles vivir con la normalidad que antes lo hacían.

Tal vez sea duro compararlo, pero con un cierto nivel de abstracción, son similares. Los depresivos se obsesionan con sus pesares hasta que se hunden en su pozo de pesimismo (y con el tiempo se les nota tanto que se diagnostican y tratan, o acaban suicidándose cuando se arman de "valor" para hacerlo) y los violadores se obsesionan con llevar a cabo sus acciones hasta que la impulsividad les empuja tanto que lo hacen (y no se les diagnostica nada, porque los médicos siguen discutiendo por si son o no enfermos), a pesar de que se pueden administrar medicamentos que disminuyan esa líbido desorientada.

Muchas enfermedades psicológicas no tienen por qué tener una causa física que las provoque (golpes, heridas, malformaciones) sino que son derivadas de traumas (muchos infantiles) que no permiten desarrollar la personalidad del individuo correctamente.

Tanto la ninfomanía como la satiriasis son los términos que se utilizan para los adictos al sexo. Son personas que practican todo el sexo que pueden, o están siempre excitados y buscan salida para su líbido ya sea solos o en compañía, pero aún así no se apartan (demasiado) de los cánones establecidos por la sociedad entre lo bueno y lo malo. Hay gente que lo ve mal, y otros que lo ven estupendamente, pero al menos mantienen sus relaciones con el consentimiento de sus parejas (en caso de tenerlas) sin llegar a producirles mal alguno. Esta 'hipersexualidad' también se trata desde el punto de vista psicológico como un desorden clínico.

Provocación vs normalidad


Mucho de lo tratado aquí hay que verlo desde el punto de vista social ¿Qué es lo que la sociedad tiene como bueno? ¿Qué comportamiento no es socialmente aceptado?

Un violador se excita con la idea de forzar a su víctima. Le produce excitación sexual el hecho de agredir violentamente a la otra persona. Un violador NO se excita porque su víctima sea guapa, fea, alta, baja, lista, tonta, con escote o con vaqueros. NO. Eso es lo que la sociedad tiene que ser capaz de ver. Si un hombre fuerza a una mujer para satisfacerse, seguramente le dará igual que sea una mujer, que un oso de peluche o un niño... Porque sí, en este apartado también entra la pederastia aunque en este caso el abusador varíe el perfil con respecto a violadores de adultos.

Una mujer debería poder ir vestida como le dé la gana sin temor a que por ello le digan que va provocando. ¿Provocando qué? ¿Deseo sexual? Eso no debería estar mal con respecto a que el deseo sexual del observador es tal por sus vivencias, personalidad y desarrollo. Ninguna persona se merece ser forzada a hacer algo que no quiere en el ámbito sexual. Todos deberíamos poder tener derecho a elegir qué queremos y qué no.

En el caso de aquella mujer que vestía pantalones vaqueros, poco podría ir provocando la señora. ¿Que eran apretados? Tal vez, pero es que si nos ponemos sibaritas, hasta un burka provoca, ¡señores! Y lo que le mola al tío chungo son los gritos, la negación, y la violencia... tal vez el intento de defenderse, o la sumisión para que pase cuanto antes lo peor. Porque decir que no es violación porque ella tuvo que colaborar para quitarse los pantalones, es para llevarse las manos a la cabeza y llorar durante días. Si no cooperas ¿qué haces? ¿recibir golpes hasta morir? Cada un@ hace su elección, y en ese caso, es comprensible que 'colabore' ¿o acaso tendría que haber elegido muerte?

Por tanto mi conclusión es que, aquellos que justifican las violaciones, aunque sea en tono burlesco, basándose en sus gustos (y por tanto en lo que a ellos les provoca deseo sexual, lo que sería más o menos normal) no se dan cuenta de que en realidad el violador no ve a la víctima como ellos. Y sin querer se ponen a la altura de esos seres abominables que no tienen capacidad de autocontrol para liberar esa agresividad mal  distribuída. No se dan cuenta de que, al potenciar el machismo en los menores que los escuchan, no sólo contribuyen al desdibujo de las relaciones interpersonales saludables, sino que abren la puerta a que copien un comportamiento aberrante, fomentando su agresividad y disminuyendo su miedo al castigo, pues "la sociedad les entiende" y por tanto la condena "no será para tanto". ¿O es que acaso no se ha parado nadie a pensarlo? Volviendo así al principio de un círculo vicioso, que algún día puede tornarse insostenible.

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1 comentario:

  1. Muy de acuerdo con la diferenciación. No importa que se vaya provocando o no, porque eso no es lo que importa.

    Y tener muy claro que no, es que no, no importan las circunstancias. Con todo a la hora de los juicios hay que ser precavidos, porque si no es fácil que alguien se aproveche para poner una falsa denuncia. Pero eso sí, cosas como lo de los vaqueros, manda narices.

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