14 jun 2011

¿Cómo evitar las bacterias?

Gracias a @Ácido por su comentario en el post anterior, me explayaré aquí, como bióloga y no madre (referencia a un producto de limpieza sin ánimo de publicidad), sobre cómo podemos evitar en nuestra vida diaria contaminaciones indeseadas de bacterias.

Lo primero que he de decir, es que bacterias hay por todos lados, por todas partes, y en gran cantidad. No las vemos, pero no todas son dañinas. En el aire que respiramos, en las superficies que tocamos, e incluso dentro de nosotros mismos. Las hay buenas (nos ayudan a digerir sustancias en nuestros intestinos) y las hay malas (nos causan caries, o enfermamos con infecciones, diarreas y demás)... Y también las hay malísimas, y esas son las que hemos de evitar a toda costa.

Desde tiempos inmemoriales hay métodos de conservación de comidas, que de un modo u otro se han ido inventando sin saber muy bien qué era lo que causaba el deterioro de los alimentos. Por ejemplo, conservar verduras (tomates, pimientos, berenjenas) al baño María. Mi abuela prepara un tomate en conserva que está buenísimo, y sólamente hay que meterlo en un bote de cristal y cocerlo, asegurándose de que está bien cerrado. Y aguanta mucho tiempo. De esta forma, con el calor se matan todos los "bichillos" y se impide su crecimiento (a no ser que creen esporas de resistencia, que sería otro cantar)

Otra forma de conservar alimentos, ésta utilizada para la fruta, es haciendo mermelada por ejemplo (o dulce de membrillo, cosas demasiado dulces en general). De esta manera, el potencial osmótico del medio (la mermelada en sí) es tan alto que impide que las bacterias crezcan, pues no pueden mantener sus membranas ni su medio interno, ya que el agua 'se les sale fuera'.

También de todos es conocido la conservación en salmuera, o en sal, en este caso para alimentos salados (bacalao, carne) que siguen los mismos principios osmóticos que los del párrafo anterior.

Además de lo anterior, están los tratamientos no sólo por calor sino también por frío (congelar para evitar la anisakidosis con el pescado crudo, por ejemplo).

Pero si lo que queremos es comer alimentos frescos y crudos (en el momento que los cocinamos, por abrasión deberían estar todos muertos), lo esencial es mantener unas medidas de higiene dentro de lo lógico y natural. No sabemos de dónde pueden proceder las bacterias, así que el aseo personal es importante. Por otro lado, las verduras que compramos, han de ser lavadas, no sólo por los microorganismos que puedan tener (aunque al ser empaquetadas y transportadas se supone que han pasado por limpieza y controles) sino también por restos de fertilizantes, insecticidas y demás útiles que se utilizan en la agricultura.

Lavar con agua es eficiente en el sentido que arrastra los microbios del alimento. Para ello hemos de estar seguros de que el agua en sí misma no está contaminada. Está claro que las depuradoras de la red pública de agua han de encargarse de ese menester, pero si no nos fiamos, podemos utilizar filtros. En este caso han de tener los poros del filtro un diámetro que sea menor al de las bacterias (una micra?) para que queden adheridas a él. Simplemente con ésto, muchas enfermedades en otros países podrían ser erradicadas, como por ejemplo el cólera. No sé si los filtros que se utilizan para "ablandar" (eliminar las sales minerales d) el agua serían idóneos para este fin, ya que algunos son de afinidad, no retienen los iones por el diámetro del poro, sino por su carga en disolución.

Yo he conocido personas mayores que echaban una gotita de lejía (**de la de fregar el suelo**) a varios litros de agua para limpiar las verduras y hortalizas. Esto tiene sentido ya que la lejía es un fuerte desinfectante, pero no hemos de olvidarnos que también es tóxica, y no sólo para los microorganismos, sino también para nosotros... Así que no puedo estar segura de qué dosis sería la adecuada para matar a los bichejos sin hacernos daño nosotros mismos. Además, en algunos países la venta de este producto está prohibida por su toxicidad, como también el amoníaco (cuando viví en Alemania, no encontré lugar donde los vendieran). He de añadir, además, que no por usar más queda todo más limpio, sino que es un despilfarro de producto, y pueden quemar las vías respiratorias (lo digo porque siempre hay quien limpia y deja el olor impregnado, pudiendo llegar a ser peligroso).

Existen productos específicos para desinfección en alimentación, en los cuales no me voy a meter en profundidad, ya que no utilizo ninguno que pueda recomendar, pero lo dejo aquí para consideración.

Cuando tenemos fruta, siempre se dice que una manzana pudre al resto. Para evitarlo (aunque no tenga directamente que ver con bacterias -aunque si algo se pudre, se acaban acumulando los microorganismos- pero creo que es un consejo útil), lo único que tenemos que hacer es no guardarlas en un sitio cerrado, y tirar la mala (por supuesto). Este proceso sucede porque emiten etileno, un gas que le dice a las frutas de alrededor que maduren (se contagian). Por ello lo mejor es que si se te pudre algo en el frigorífico o en un armario, lo ventiles antes de volver a guardar allí lo que sea.

Finalmente, hemos de tener en cuenta que la mayoría de las verduras y hortalizas que comemos, también las pelamos, así que las posibles bacterias que tengan deberían quedarse en la mondadura o bien se podrían transferir con el cuchillo que cortamos... Así que aquí enlazo con el principio del post: Hemos de tener bien limpio el lugar donde cocinamos, y por supuesto, nosotros mismos.

Como última reflexión, el método más eficaz a mi parecer para un lugar aséptico es alcohol de 70º (se puede mezclar alcohol de 99º con agua destilada en proporciones adecuadas, rociar con spray sobre la superficie a desinfectar, pasar un papel para limpiar y punto). Digo que a mi parecer, porque es el que he utilizado en las prácticas, pero también existen productos de limpieza que abogan por una eficacia sublime en este menester. ¡Ah! Y si realmente no queremos acumular los microorganismos, lo ideal sería gastar papel (de cocina) en vez de reutilizar balletas, pero ésto ya entraría en conflicto con la ecología y reciclaje.

PDI: Acerca del vinagre, al ser la versión cetona del alcohol, podría actuar también como desinfectante.
PDII: El limón es bueno porque impide la oxidación de ciertos compuestos de los alimentos, pero no creo que sirviera para eliminar eficientemente bacterias.

7 comentarios:

  1. ¿En qué se diferencia una lejía convencional de una lejía de uso alimentario?

    La lejía es el nombre que se le da al hipoclorito de sodio o hipoclorito sódico, que es un compuesto químico cuya fórmula es NaClO. Por encontrarse el cloro en estado de oxidación +1, se trata de un fuerte oxidante que se utiliza por tanto, como blanqueante y también, se aprovechan sus propiedades desinfectantes. Su síntesis es la siguiente:

    2 NaOH + Cl2 → NaClO + NaCl + H2O

    El hipoclorito de sodio es un sólido blanco que se descompone fácilmente en el agua liberando oxígeno y cloro. Por eso es usado generalmente disuelto en agua en varias concentraciones. Las soluciones de hipoclorito de sodio son transparentes, de color amarillo-verdoso y huelen a cloro.

    Según el Real Decreto 349/1993, de 5 de marzo, por el que se modifica la reglamentación técnico-sanitaria de Lejías aprobada por el Real Decreto 3360/1983, de 30 de noviembre, define Lejía como ‘las soluciones de hipoclorito alcalino, tal y como se producen por la industria, incluyan o no los aditivos necesarios para su puesta en el mercado, siendo su contenido en cloro activo no inferior a 35 gramos por litro ni superior a 100 gramos por litro’.

    El artículo 3 de dicho reglamento clasifica las lejías en función de su contenido en cloro activo en:

    Lejía: es aquella cuyo contenido en cloro activo no es inferior a 35 gramos por litro ni superior a 60 gramos por litro y tiene una alcalinidad total máxima, expresada en óxido de sodio (ONa2), del 0,9 por 100 en peso.
    Lejía concentrada: es aquella cuyo contenido en cloro activo no es inferior a 60 gramos por litro ni superior a 100 gramos por litro y tiene una alcalinidad total máxima, expresada en óxido de sodio (ONa2), del 1,8 por 100 en peso.

    Las lejías de uso convencional, se usan principalmente como agentes blanqueadores o desinfectantes de, entre otros, agua potable, sistemas de purificación de aguas residuales y piscinas, etc.

    A diferencia de las lejías de uso convencional, las lejías de uso alimentario, recomendadas como su nombre indica para desinfectar alimentos como frutas y hortalizas, están destinadas a eliminar las bacterias (por ejemplo Enterobacterias, Escherichia coli y también Salmonella) que más frecuentemente contaminan a los alimentos. La composición de estas lejías está comprendida entre 20 y 110 gramos de hipoclorito de sodio por litro, obtenido a partir de materias primas de pureza farmacéutica, mediante un exclusivo proceso de producción y bajo estrictos controles de calidad. Estas lejías están exentas de detergentes y de cualquier otra sustancia tóxica, aunque esto debe siempre verificarse antes de su compra, mediante una atenta lectura de la etiqueta. También se debe comprobar la concentración de cloro de la lejía, según la cual variará el número de gotas que hay que añadir a cada litro de agua. Estas lejías poseen un gran poder desinfectante y se pueden encontrar en el mercado como lejías diluidas y concentradas, según que el contenido de cloro activo se encuentre por debajo o por encima de 57 gramos por litro.

    Fuente: http://ur1.ca/4fddz

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  2. Muchas gracias por la aclaración :) .

    En el post cuando hablo de la gotita de lejía, me refiero a la lejía de fregar el suelo (como digo que me lo contaban personas mayores, que ni siquiera sabían si existían o no otro tipo de lejía).

    Las lejías de uso alimentario entrarían en la categoría de productos específicos para la desinfección en la alimentación.

    Un saludo :)

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  3. Gracias!! Gracias Gracias!!!!!

    No sabes la de dudas que se me han quitado de encima y el montón de cosas que he aprendido con este pedazo de post que has escrito (y a eso se añade la respuesta sobre las lejías, que también se aprende).

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  4. Muy buen artículo, también es muy importante cuidar la salud con la prevención ya que la sorpresa de dejar a nuestros seres amados por una enfermedad que creemos que nunca podría llegar no es una noticia grata. Con mucho respeto si me permiten les puedo brindar información de como cuidar su salud fortaleciendo el sistema inmunológico y que de esta manera el cuerpo mismo sane la mayoría de enfermedades, esto por medio de un tratamiento natural llamado Transfer Factor que sin dudas ha ayudado a muchas personas en el mundo. Si es de su interés por favor no duden en contactarme.

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    1. Muchas gracias por tu comentario @isac cabrera :D Espero que tengas suerte con tu producto ;-)

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Muchas gracias por tomarte un minuto para comentar :D