Así que el otro día tenía antojo, y ni corta ni perezosa me puse a hacerlos. Es muy sencillo:
Harina y Agua, el mismo peso de cada una, y una pizca de sal.
El agua tiene que estar caliente, así se junta mejor la masa y sale sin grumos (mezcla con cuchara u otro cubierto, nada de amasar a mano).
Podéis usar manga pastelera, churrera, una bolsa alimentaria con un pico cortado o lo que tengáis a mano para echar la masa en la sartén.
Si no, con una cuchara también vale. Eso sí, el aceite tiene que estar muy caliente y que sea abundante.
Yo usé 100 gramos de cada y me dió para 6 bolitas (3 por persona) y me pareció suficiente.
Para servir se pueden mojar en azúcar, o bien echarlos en el café, una taza de leche con cacao, o mejor aún, en una taza con buen chocolate caliente ¡rico rico!
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