Materiales Necesarios:
- Taza blanca (para decorar)
- Rotuladores permanentes (en mi caso sharpies y papermanía)
- Papel, alcohol y palillos de algodón para borrar posibles errores al pintar.
- Horno
Teniendo todos los materiales, lo único que tienes que hacer es encontrar la inspiración y pintar lo que te dé la gana. Como yo estoy muy cansina con los arco-iris (ya me superencantaban de antes) pinté uno con la frase todo saldrá bien.
Aquí están los dos lados de la taza, con los colores vivos. Estuve mirando en diferentes sitios el tiempo en el horno y los grados, y varían de 15 a 30 minutos y de 160 a 180ºC.
Yo puse el horno (por arriba y abajo sin ventilador) a 170ºC y como estaba frío, lo dejé 40 minutos por si acaso para que se fije bien el color. Eso sí, se degrada y oscurecen los colores un poco como podéis ver, pero aún así queda muy cuqui.
Así que como véis, es súper fácil. ¿Qué os parece? ¿Os animáis a decorar vuestras propias tazas?
¡Un abrazo grande!
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